La lectura
sobre el conflicto entre la gastronomía molecular y la comida tradicional fue
fascinante para mí. Trabajo en un
restaurante francés, y por eso me fascina la comida étnica. Mientras estoy de acuerdo que la comida tradicional
es un gran parte de la cultura de un país, también soy un defensor de la
innovación en la industria de comida. Me
gusta la ciencia de la comida y la ciencia que ocurre en la cocina es un tipo
de ciencia que muchas personas no reconocen.
Pero con el trabajo de Ferrán Adriá está utilizando esta forma de
ciencia para crear una obra de arte y un plato único, elegante, y extremamente
rico. Creo que “la comida” ha obtenido
un nuevo sentimiento: es una forma de arte, de experimento, y es un aspecto que
une el mundo mientras distinguiendo regiones separadas. Esta gastronomía molecular necesita estar
aceptado y necesita crecer, mientras manteniendo los sabores culturales y
tradicionales del país.
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